domingo, 19 de mayo de 2013

La Esquina de El Sordo




La ahora llamada “piqueta de la revolución” continúa demoliendo los antiguos inmuebles del Casco Histórico de Ciudad Bolívar. No satisfechos quienes tienen el poder con la invasión de los buhoneros desempleados y las intervenciones temerarias, han venido progresivamente demoliendo a golpe de barra y mandarria lo que queda de la memoria arquitectónica de la primitiva Angostura del Orinoco. Muy pronto Ciudad Bolívar dejará de ser la “Ciudad Histórica, Turística y Cultural” que en 1972 proclamó la Junta Conservadora y Protectora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación. Primero fue la demolición de la Plaza Farreras y progresivamente los inmuebles de su entorno. Uno de los últimos inmuebles de estilo neoclásico que todavía es posible apreciar, la Casa de El Sordo, como vemos en la fotografía, ha sido derribada ante la presencia atónita de viandantes y parroquianos vecinos.
Se ha señalado al presidente de la Cámara de Comercio como dueño actual del inmueble demolido con el insólito permiso del ICP, para ser sustituido por un proyecto que podrá ser muy idealizado dentro de la arquitectura moderna como el fracasado proyecto de teatro de Oscar Tenreiro adosado al antiguo Capitolio, pero que no tiene cabida dentro del perímetro del Casco Histórico que se quiere conservar, preservar, revitalizar, y está protegido por la Ordenanza Municipal coadyuvante de la Ley Nacional.
Soy amigo del profesor y narrador cultural Reinaldo González, quien con mucha pena me ha contado la tradición de ese inmueble popularmente conocido como la “Esquina de El Sordo”. “El Sordo” -me explicó- porque allí fundó una licorería y despachó durante muchos años Enrique González, quien padecía una deficiencia auditiva, pero el dueño del inmueble era el comerciante don Antonio Franco.
Don Antonio Franco era oriundo del estado Miranda. Muy joven emigró a Ciudad Bolívar y creó una cuantiosa fortuna gracias a un comercio de víveres y comida que regentaba en el viejo mercado de la ciudad (Mirador Angostura). Posteriormente se casó con Analina González y fundó una familia en ese inmueble ahora derribado por “la piqueta del progreso”.
En 1943, Enrique González, natural de Ciudad Bolívar y sobrino de Analina González de Franco, fundó la “Licorería El Sordo”, después se integró al negocio su hermano José Luis González, quien venía de trabajar en las minas de El Callao, -padre de Reinaldo González G. En ese año de 1943, se produce la gran crecida del río Orinoco y como referencia histórica y homenaje a tal acontecimiento se colocó una placa que decía: “Hasta aquí llegó el Orinoco en el año de 1943”.
Licores “El Sordo” se convirtió con el transcurrir del tiempo en una referencia histórica y comercial. En ese espacio acudían a comprar no sólo licores sino también alpargatas, espejuelos, azúcar, leche en polvo, refrescos y desayunos, todos los estratos sociales de la ciudad. Era común ver a conocidos médicos, abogados, ex gobernadores, ex presidentes de concejos municipales, militares, artistas y músicos.
Licores “El Sordo” estuvo ubicado muy cerca del vespertino “El Luchador” de los hermanos Suegart y de la emisora “Ecos del Orinoco” Esa circunstancia facilitaba que convergieran en sus espacios periodistas y locutores, generando interminables tertulias. En las tardes era común observar al periodista y escritor margariteño Andrés Brito, al linotipista Carlos Salón (hijo del médico Carlos Emiliano Salón) y al prensista Castillito. Las tertulias con el “licorcito encapillado” giraban en torno a la política, la economía y la vida mundana de la ciudad. Por último, es de señalar que por su espacio pasaron personajes como Jesús Soto y se mantuvo por muchos años una exposición fotográfica sobre la Ciudad Bolívar del siglo IXX.

1 comentario:

  1. No fue la "piqueta de la revoluicon". El local fue abandonado y desalojado. siendo sus ultimo local una agencia de loterias. Duró aproximadamente un año vacío y se convirtó en baño de los borrachos de la licoreria. Se robaron la placa del 43 y la poblacion de la ciudad ni pendiente con eso. Luego de una noche intensas lluvias se derrumbó y permaneció mas de un año el monton de escombros sin atencion por parte de su dueño. Algunos buhoneros estuvieron recolectado los ladrillos para usarlos en sus casas. Con los arreglos del 250 aniversario de la ciudad se le colocó una cerca perimetrica

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