(Especial
para El Nacional)
UNA
invitación del INCIBA para dictar una conferencia con motivo del
sesquicentenario del Congreso de Angostura y la asistencia a
un foro sobre la novela
venezolana realizado por
el Centro de Literatura de
la Facultad de Humani‑
dades de la Universidad
Central me pusieron de
nuevo en contacto con las
cordiales y hospitalarias
gentes de Ciudad Bolí‑
var. De mi conferencia
que versó sobre el Conse‑
jo de Estado del Liberta‑
dor, prólogo del Congre‑
so de Angostura y sobre
el Consejo de Gobierno,
instituciones civiles crea‑
das por Bolívar para ins‑
titucionalizar la Repúbli‑
ca renaciente a orillas del
Orinoco y que había es‑
tado en armas desde
1811, pasamos a recorrer
diversas exposiciones de
pintura que junto con
otras conferencias se rea‑
lizaron con anterioridad
ala fecha sesquicentenaria
en la cual se efectúan los
actos oficiales del Con‑
greso Nacional, del Eje‑
cutivo Federal y del Eje‑
cutivo del Estado Boli‑
Ciudad Bolívar, la
tura del Libertador, ha estado llena de gentes venezolanas de otras regiones y de gentes de diversos países de América ligados a la acción libertadora por las creaciones militares y políticas de Simón Bolívar.
un foro sobre la novela
venezolana realizado por
el Centro de Literatura de
la Facultad de Humani‑
dades de la Universidad
Central me pusieron de
nuevo en contacto con las
cordiales y hospitalarias
gentes de Ciudad Bolí‑
var. De mi conferencia
que versó sobre el Conse‑
jo de Estado del Liberta‑
dor, prólogo del Congre‑
so de Angostura y sobre
el Consejo de Gobierno,
instituciones civiles crea‑
das por Bolívar para ins‑
titucionalizar la Repúbli‑
ca renaciente a orillas del
Orinoco y que había es‑
tado en armas desde
1811, pasamos a recorrer
diversas exposiciones de
pintura que junto con
otras conferencias se rea‑
lizaron con anterioridad
ala fecha sesquicentenaria
en la cual se efectúan los
actos oficiales del Con‑
greso Nacional, del Eje‑
cutivo Federal y del Eje‑
cutivo del Estado Boli‑
Ciudad Bolívar, la
tura del Libertador, ha estado llena de gentes venezolanas de otras regiones y de gentes de diversos países de América ligados a la acción libertadora por las creaciones militares y políticas de Simón Bolívar.
El
Foro sobre novela realizado en el Liceo Peñalver fue motivo para oir opiniones
acertadas sobre la novelística venezolana y, en general sobre la de América.
El tema es muy amplio, lleno de interés y da margen para otros foros y
debates. Excelente la exposición de fotocopias de las carátulas de una mayoría
de novelas venezolanas del siglo pasado y del presente así como de los retratos
de los autores. Las copias facsimilares de las carátulas y las fotos de los
escritores presididas por la numerosa obra del ilustre novelista Rómulo
Gallegos resulta una lección objetiva para la población escolar y liceísta
como también para todos los visitantes que por ella conocen recuerdan.
Actos
culturales y hechos oficiales se desarrollan en escenario estupendo de
pasado histórico que Manuel Alfredo Rodríguez en magnífica charla evocadora
nos revivió. La ciudad de hoy crece vital, aumenta sus vías y edificaciones
perc debe conservar su casco histórico, el de la Angostura del Libertador, el
de capital de la República renaciente que no volvió a ser abatida por Ir armas
realistas; el de ciudad que, como dijo Luis Correa, fue una Atenas tropical
con su prensa heroica "Correo del Orinoco" con su hueste estelar de
hombres, residuo admirable de la generación de 1810 y 1811 que en mucha parte
había sabido de victoria y derrotas, de inumerables sacrificios en la tarea viril
de crear patria y libertad. Debe conservarse el casco de la Angostura del
Congreso de donde salió la caravana indomable para invadir la Nueva Granada,
triunfar en Boyacá, crear la una y trina República de Colombia que luego llega
en triunfo hasta Junín y Ayacucho.
Pienso
en algunas ciudades de gran tradición en el mundo, que han crecido
multiplicando su extensión y sus habitantes pero conservando su núcleo
tradicional, de donde se expandió su renombre y su tradición se hizo historia.
Son muchas. París, Londres, Roma, Florencia, Ferrara, Mantua para sólo citar
algunas. Ciudad Bolívar debe conservar su casco, su plaza Bolívar y algunas de
las calles adyacentes declarándolo monumento nacional. Claro es que existen
dificultades diversas para hacerlo: económicas, jurídicas, de intereses
creados. Pero no son insalvables, como no lo han sido en otros lugares.
Del sesquicentenario del Congreso de Angostura
quedarán ediciones valiosas en recuerdo del hecho y otras obras pero la obra de
conservación y declaración de monumento nacional del centro histórico de
Angostura donde el Libertador y sus hombres acrecen sus cualidades de
estadistas y legisladores y miran hacia el más lejano Sur sería la más
importante. Parece que el Orinoco dio a esos hombres el impulso de sus saltos
y corrientes y la selva guayanesa el mágico misterio de la entraña americana
par, triunfo decisivo de u patrias que toca a to los que les sucedemos el
tiempo conservar r fectibles en el atonte republicano y democ tico para nuestro
bono'
Mantener
el cuadra histórico y las vías yacentes de Angostura convertida en Ciudad
Bolívar como monumento nacional impidiendo desafueros de construcción que
pueden hacerse otros lugares de la ciudad sería una de las mejores obras
conmemorativas sesquicentenario del Congresp de Angostura y los hechos que en
18 afirmaron la historia independentista de América.
José
Nucete-Sardi
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