Los anteproyectos
del Ircopahidec no materializaron porque el
Gobernador Roberto Arreaza Contasti decidió que la recuperación y
conservación del centro urbano, por su importancia histórica, arquitectónica y
social, debía ser competencia directa de los Poderes del Estado y no de una
Fundación. De manera que para ser fiel a esa posición, empezó por dictar un
Decreto No. 134 del 8 de abril de 1976, declarando Monumento Histórico de
Ciudad Bolívar “la porción geográfica comprendida entre el Paseo Orinoco desde la
calle el Pilar hasta la cale Piar bajando hasta la esquina El Sordo siguiendo
la avenida Cumaná hasta empalmar con la Democracia siguiendo hasta el cruce con la
avenida Gáspari y luego tomando la calle El Pilar hasta empalmar en el Paseo
Orinoco”.
En
la práctica qué significaba este Decreto del Gobernador Arreaza? Buscaba en primer lugar llamar la atención de
la Junta Nacional
del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación y, segundo, obligar a la Municipalidad a
dictar una Ordenanza de protección y conservación del centro urbano. Así ocurrió, pues a la larga se fueron viendo
los frutos. Fue sin dudas un paso
inteligente, muy importante, toda vez
que el mismo año, primero de julio de 1976, la Junta Nacional del
Patrimonio Histórico, entonces presidida por el doctor Manuel Rafael Rivero,
resolvió aunque de forma muy parcial, declarar Monumento Histórico Nacional
solamente lo que se conoce como “Cuadrilátero Histórico”, es decir el conjunto
urbano comprendido entre las calles Bolívar, Igualdad, Constitución y Amor
Patrio.
Evidentemente,
la Junta Nacional
sólo reconocía como Monumento Histórico, la
Plaza Bolívar y las manzanas de su entorno, pero el
Gobernador Arreaza, no conforme con la Resolución, insistió y propició a través de la Asamblea Legislativa
lo que conocimos como un “Coloquio caribeño”, decisivo para ampliar el
perímetro. El Coloquio, con representantes de países caribeños sobre
el rescate del Casco Histórico, se
instaló el 28 de abril de 1978 y en el mismo se examinaron experiencias de
restauración en países del Caribe como Santo Domingo, Puerto Rico y Sur de los
Estado Unidos. Se determinó que en el Casco se inició la vida en comunidad y se
dio origen a lo que es hoy Ciudad Bolívar. El coloquio concluyó con seis
acuerdos: 1. Trabajar en el rescate de los valores culturales del casco con
miras al Bicentenario del natalicio Libertador
en 1983. 2. Participación de la ciudadanía. 3. Recomendaciones con respecto al
mejoramiento físico y ambiental, directrices visuales, alineamientos,
volumetría, iluminación, señalización, arborización, textura, tráfico,
relaciones entre la vieja y nueva ciudad, bienes culturales. 4. Determinada la
similitud arquitectónica del casco de la ciudad con la del Caribe se recomendó
investigar la influencia de qué países europeos. 5. Plan de rescate. 6.
Recomendar la erección de una estatua en la Plaza Bolívar en
representación de Panamá.
La Gobernación, la Municipalidad, la Legislatura, Mindur y la CVG, se comprometieron a
cumplir con estas recomendaciones y suscribieron un convenio que todavía está
vigente pero que no se cumple. Debemos
decir que después del coloquio caribeño, el Decreto del Gobernador Arreaza y el
diagnóstico del casco histórico, vino una acción audaz y coordinada con casi
todos los entes del Estado más la cooperación del Instituto de Cooperación
Americana de España, que últimamente se ha enervado, que se ha debilitado
ostensiblemente y que nadie da cuenta de nada, ni la Municipalidad, ni el
Alcaldía, ni la
Oficina Técnica ni muchos menos la
Gobernación del Estado.
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