Veintiún proyectos de intervención fueron
propuestos y acogidos por el Gobierno Regional a solicitud del equipo técnico
español-venezolano con la intención de ir revitalizando progresivamente el
casco histórico de la ciudad.
El presidente de la junta
Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, doctor Rafael
Armando Rojas, quien a su vez era comisionado de la Presidencia de la Republica, informó al
Gobierno Nacional sobre las bondades del estudio y este autorizó plenamente al Gobernador para que se
hiciera todo cuanto valiera la
recuperación gradual del casco histórico angostureño. De manera que el
Gobernador Rene Silva Idrogo instruyó al ingeniero Aziz Rassi, director de Obra
Publicas, para que cuanto antes arrancara por lo menos con dos de los
proyectos, asesorado por el Instituto de
Cooperación Iberoamericana cuyo presidente el doctor Luís Yañez estuvo a
principios de año en la ciudad auscultando con asombro el paisaje físico de la
capital bolivarense.
Para
comenzar se escogió el Mirador (16 mil metros cuadrados), previa revalorización
de sus elementos naturales El proyecto
de intervención del Mirador, destacó en su análisis pormenorizado de que se trataba de una importante área de
sombra, arbolada hacia el Este, coincidente precisamente con la zona de brisa
del Río que sopla siempre Norte-Este; una punta rocosa que avanza hacia el río
entonces invadida por un Cafetín-Restaurante
de una tipología de materiales absolutamente desastrosos, desubicados,
degradantes, y una zona rellenada donde están los Juegos Mecánicos.
El
Mirador Angostura, punta pedregosa del
Orinoco donde los colonizadores erigieron bis a bis con la Batería San Rafael en
Soledad, el Fuerte San Gabriel que controlaba el paso del río, es uno de los
puntos socialmente neurálgicos de la
Ciudad.
Además
del Fuerte, estuvieron allí la bomba de
succión del acueducto cuando este funcionaba con máquinas de vapor; el
pintoresco y bullicioso Mercado Municipal
demolido durante la gestión del Gobernador Eudoro Sánchez Lanz para dar
lugar en las afueras de la ciudad a los llamados Mercados Periféricos y
finalmente un bar- restaurante.
La Oficina Técnica transformó la zona del Mirador en un Parque
de tres áreas diferentes, pero
interrelacionadas en el uso y correlativas entre si. Se creó una zona de
sombras y el motor del diseño, lo constituyó el propio suelo del lugar que es
el que aglutina todos los elementos de diseño, sube, baja, desciende, se dobla,
se mueve abrazando todas las áreas. Se dio también que el suelo es móvil y
rocoso como sus alrededores y se impuso la idea de recuperar un poco la textura
de esas rocas. El área arbolada se convirtió en estación de descanso con una
serie de bancos circulares en torno a los árboles, y un gran circulo que hace
el propio suelo. De espaldas y conectada con ella un Anfiteatro con tres gradas
que descienden y abierto hacia ese gran
escenario natural que es el río. Y estas dos áreas se complementan con una zona
de Restaurante, Cafetín en una edificación en la punta estilo de kiosco de
jardín recuperando un poco la tipología de las celosías, columnas y demás
elementos caracterices del Paseo Orinoco.
El
Mirador Angostura, donde por error de concepción predomina la Piedra, piedra extraída de
las canteras del Miamo, sigue siendo por
fuerza del paisaje y el río, un sitio de atracción popular muy mal servido. El
Gobierno Regional, su administrador a través de una concesión, no ha sabido
aprovechar la importancia paisajística y social de ese Parque a la orilla de
nuestro gran río, el que sólo parece tener vida durante la pesca temporal de la Sapoara
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