El estudio realizado por una comisión
interdisciplinaria en función de la revitalización integral del Casco Histórico de Ciudad Bolívar,
concluyó en un proyecto de Ordenanza de Protección sancionada por el Concejo
Municipal en la sesión del 11 de junio de 1987.
La
dicha ordenanza General por la cual comenzó a regirse la dinámica arquitectural
del Casco Histórico angostureño consta de 14 capítulos y 222 artículos. De
manera que cualquier pregunta sobre el centro urbano de la ciudad tiene allí la
respuesta. Desde cómo puede ponerse un rótulo comercial hasta qué porcentaje de
suelo se requiere para edificar. La ordenanza responde a todo. Prácticamente la
totalidad de las preguntas tienen allí respuestas. Para cada casa y manzana se redactó un
articulado específico, de manera que cualquier propiedad, cualquier organismo
público, cualquiera puede a través de ella saber qué puede hacer en cada casa,
cuánto puede hacer y cómo hacerlo. No tiene más que acudir a la Oficina Técnica y
pedir el informe de nivel de intervención que es obligación de la Oficina proporcionarlo.
Pero,
lamentablemente, se han venido registrando numerosas fallas en el cumplimiento
de esa Ordenanza, no obstante que luego fue reforzada por la Ley Nacional del
Patrimonio Cultural.
Por ejemplo, a la Calle Bolívar, al
igual que el Parque El Mirador, la
llenaron de piedra falsa. A esta ciudad
erigida sobre la piedra, le quieren poner más piedras. El Mirador Angostura y el llamado Bulevar Bolívar también. Estas
dos obras, lo mismo que la remodelación del Paseo Orinoco, remodelación de la Plaza Bolívar, el
Complejo Parque La Laguna, fueron programadas
y ejecutadas con vista al bicentenario del natalicio del Libertador en julio de 1983, pero
violando la Ordenanza.
El conjunto de obras de mayor envergadura
correspondió al complejo de la laguna, pues preveía la construcción de un
teatro con una gran sala de conferencias, edificios administrativos, escuela de
artes plásticas, escuela de artes escénica, sala de convenciones y salas para
teatro y cine, todo lo cual abarcaría según el proyecto, una superficie de 16
mil metros cuadrados. Esto además de la Biblioteca del estado.
El complejo contemplaba además una
zona de recreación infantil presidida por el edificio de la Fundación del Niño y a
la entrada el decretado monumento al ex presidente venezolano Raúl Leoni. Lo único que quedó a media asta fue el Teatro
(en la foto) y la
Biblioteca porque al Gobierno de Andrés Velásquez se le
antojó complacer al arquitecto Oscar Tenreiro aprobándole un edificio de siete
pisos para teatro adosada al antiguo Capitolio con violación de la Ordenanza de protección
del Casco Histórico.
En su totalidad el parque costaría
noventa millones de bolívares y 20 millones el boulevard que arranca de la
plaza Bolívar, hasta el cruce de la calle Caracas. La
idea de este Bulevar fue del llamado “Grupo Natalio Ávila”. A él
se le ocurrió venderle al Gobernador Alberto Palazzi, la idea de un bulevar
subiendo la calle Bolívar de manera que enlazara el antiguo casco histórico con
la ciudad moderna. El resultado fue un
adefesio despreciado por los citaditos, no sólo porque nada tiene de bulevar,
entendido éste como un paseo, sino porque en este parche al final brutalmente
redimensionado, se ve siempre lleno de monte, la basura se acumula, el
alumbrado no sirve el pavimento se fractura y
en tiempo de lluvias las aceras se convierten en interminables asientos
de agua que hay que salvar con los llamados pantalones brinca charcos.
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