La ampliación de la sede del Observatorio de
Música Carlos Afanador Real es otro elefante blanco del Gobierno Regional. La falta de continuidad administrativa que
tanto perjuicio ocasiona a la ciudad y al patrimonio del Estado, mantiene
paralizada la ampliación de la sede. El
proyecto contratado al arquitecto Fruto Vivas, comenzó a ejecutarse con todas
las de la ley luego de expropiar por utilidad pública el inmueble contiguo a la
casa de los Rodil emparentado con el prócer Tomás de Heres, o Casa Pashen, sede
del Observatorio. Allí están sembrado
cimientos y columnas y le resultó más cómodo al Gobierno ocultarlo con láminas
y murales que invertir para continuar la obra que tanta falta hacen a los
muchachos que se forman en las artes del sonido.
Es lastimoso que esto ocurra y se
prolongue negligentemente en el tiempo sin tomar en cuenta tantos factores,
incluyendo la data histórica de la
Escuela de Música que nos viene desde los tiempos de Pepe Mármol, vale decir, desde
tiempos de Guzmán Blanco pasando a comienzos del siglo anterior por el
Presidente del Estado Marcelino Torres García y culminando con el Gobernador
Horacio Cabrera Sifontes, quien fue quien la dispuso con el nombre del ilustre
compositor guayanés Carlos Afanador Real por decreto 57 del 12 de marzo de
1958.
Desde entonces ha sido un duro
batallar porque la Escuela
cada vez creciendo en su matrícula, tenga sede propia y amplia. Comenzó en un inmueble de la Calla Dalla Costa que ahora
soterradamente tras su fachada antigua está siendo demolida a espaldas de
quienes tiene la obligación de defenderla y protegerla y finalmente el Gobierno
le otorgó la Casa Pashen
que fue restaurada con aportes de Lagoven y la que hace esquina con las calle
Amor Patrio e Igualdad, detrás de la Catedral. Casa histórica, pues en
1817 sirvió de cuartel a las tropas patriotas y allí estuvo preso el prócer
margariteño Juan Bautista Arismendi cuando una sublevación de angostureño lo
llevóa desplazar de la
Presidencia encargada a Francisco Antonio Zea.
Haciendo
esquina entre las calles Amor Patrio e Igualdad, diagonal con la Sacristía de la Catedral, la Casa de los Rodil, hoy
llamada “Casa Paschen”, fue erigida y sirvió siempre de vivienda a gente
tradicional y relevante de la sociedad bolivarense y ya agonizando el siglo XX,
tras abandono total que amenazaba su permanencia, fue restaurada y destinada a
un uso distinto: el de la docencia musical.
Está
el inmueble entre los 26 seleccionados para uso social dentro del programa de
revitalización del Casco Histórico de Ciudad Bolívar iniciado en 1986 y en el
cual participaron la
Gobernación, Mindur, el Instituto de Cooperación
Iberoamericana, Municipalidad, CVG y otros entes como Lagoven cuyo aporte
específicamente se materializó en la restauración de la “Casa Paschen”.
El
costo de los trabajos de restauración estuvo en el orden de los 6 millones de
bolívares equivalente a los fuertes de hoy y avanzaron lentamente por lo
cuidadoso de los mismos. Entonces y previo estudio complementario del
anteproyecto encomendado al arquitecto Orlando Benites, se trabajó en la
restauración de los techos con materiales tradicionales, conservación de los
pisos de mosaico existentes, incluyendo paredes de zaguán, restitución de los
pisos de madera de los salones principales, restauración en sitio de los
balcones con vista al Orinoco, puertas y otros elementos de antigua
arquitectura que singularizan e imprimen expresión estética de conjunto a la
venerable casa.
En
esta antigua como histórica casa, los estudiantes trabajan o estudian
incómodamente por la falta de espacios que aguardan cubrir con la construcción
paralizada a su costado y que viene desde hace tiempo ocultando el desinterés
oficial con costosas láminas metálicas.
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