El resto de los 21 proyectos de intervención
en función del proceso de revitalización del Casco Histórico de Ciudad Bolívar,
aparte del Mirador y el Zanjón, abarcaba la recuperación vial de la calle
Venezuela (en la foto), recuperación de las Galerías del Paseo, la
reestructuración de la calle Bolívar a ver si se le podía devolver su dignidad
e identidad, la restauración de La Escalinata, un estacionamiento en dos y medio
niveles detrás del Consejo Municipal, otro estacionamiento de un nivel cerca de
la Plaza Miranda,
la reestructuración de la propia Plaza Miranda y del edificio de la Policía. La policía
sería mudada de ese edificio que es de unas bellísimas proporciones, muy noble,
y que realmente debía ser el gran Centro Cultural cubierto de esta ciudad.
Otra propuesta era la
recuperación de la
Plaza Farreras, como una Plaza y no como una asociación de
islotes como está ahora, desarraigados uno del otro; recuperación de la plaza del Cine Río, la plaza Santana, la
antigua sede de los Tribunales en la calle Dalla Costa para convertirlo en un
Comedor Social, un programa de recuperación de los techos por manzanas, la
peatonización del Cuadrilátero Histórico y la peatonización de la calle El
Zanjón.
Los estudios no abarcaron la Laguna de el Porvenir por considerarse que no entra dentro
del casco histórico pues es apenas borde del casco. Sin embargo, la Oficina Técnica tenía
propuestas vinculadas con el equipamiento social derivado de su estudio
socio-económico. Así fue concebida un área deportiva y otra para un mercado
porque curiosamente el Casco Histórico carece de un mercado de alimentos, del
clásico mercado Municipal que tenía entendido existió años atrás en el Mirador
Angostura. Las carencias del casco histórico son enormes. Carece no solo del
mercado sino de oficinas de correos y de otros servicios que muy bien podían
ser instalados en esa zona de La
Laguna donde todavía no se había creado el hoy Jardín
Botánico del Orinoco.
El equipo técnico
venezolano-español también planteó la
reestructuración vial del Paseo Orinoco, un proyecto el de mayor inversión pues
requería de un estudio de tráfico y de transito muy fuerte que debía hacerse no
sólo del casco sino de las áreas de influencia para ver que vías alternas de
descarga se les podía dar. La idea era dejarle al Paseo Orinoco un sólo sentido
de tránsito con tres vías de circulación y áreas de estacionamiento, con lo
cual se conseguiría que el Paseo tuviera 22 metros de ancho a lo largo de todo
su kilómetro y medio. Así se recuperaría el paseo peatonal que ya tuvo Ciudad
Bolívar porque hubo un momento en que fue así, una sola dirección de tránsito. Hasta avanzado el siglo pasado, el
Gran Hotel Bolívar (hoy Hotel Colonial muy disminuido) al igual que el Club de los Alemanes devenido
posteriormente en Club de Comercio finalmente reubicado en las afueras, eran
los centros socialmente neurálgico de la ciudad, Los eventos sociales importantes transcurrían
en esos dos puntos del Paseo del Orinoco. En la actualidad esto es imposible
porque penetra el monóxido de carbono
que expiden los tubos de escape de los autobuses y donde casi no se puede
conversar a causa del perturbador ruido del intenso tráfico automotor.
El
nivel de agresión que producen en el Paseo Orinoco las barreras de circulación
rápida impiden la posibilidad de relación entre la ciudad y el río. Mientras permanezcan esas dos barreras de
velocidad y de transito rápido en el Paseo Orinoco será imposible la armonía
social y ecológica, de suerte que desde entonces está severamente planteado
corregirlo, domarlo, ahora más que nunca que se ha empeorado con la buhonería y
mercachifles in creciendo por falta de autoridad.
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