viernes, 22 de febrero de 2013

Antigua sede de los Tribunales (XX)




Recuperación de la antigua sede de lo Tribunales para convertirla en un Comedor Social, fue decidido por el Gobierno Regional conjuntamente  con la Oficina Técnica del Casco Histórico.
            En efecto, el antiguo inmueble que vemos en la fotografía fue completamente restaurado y adaptado a los requerimientos de lo que se pretendía, pero pasó el tiempo y nada se concretó al respecto.
            A este inmueble ubicado en la calle Dalla Costa el Gobierno Regional le asignó otro destino, el de sede de la Escuela Francisco Antonio Zea que desde su fundación a comienzos del Siglo XX venía funcionando entre las calles Boyacá y Amor Patrio y lo que se pensaba fuese su sede definitiva fue expresamente construida por el Gobierno de Andrés Velásquez, el gobernador Antonio Rojas Suárez la asignó al Instituto Tecnológico Universitario.
      La sede de los Tribunales en la calle Dalla Costa, fue adquirida por decreto del Gobernador Luis Godoy, el 10 de enero de 1913.  Luego a inicios de los años sesenta, debido al estado de deterioro en que se hallaba y mientras se reparaba, fueron reubicados los Tribunales en la Casa del Congreso de Angostura.  De aquí pasaron de nuevo a la calle Dalla-Costa.  Posteriormente al edificio del Banco Guayana en las calle Igualdad y finalmente a su moderno edificio construido por la CVG en antiguos  terrenos de La Cervecería.
Al calor de esa vieja Casa de Justicia creció el Café España, de don Pedro Gascón Mir, frecuentado por abogados para recrear sus incidencias judiciales en el ludrismo de una mesa de dominó.
Un triángulo escaleno formaban los Tribunales,  en la calle Dalla-Costa; el Café España, entre las calles Dalla-Costa y Venezuela; y la Cárcel, entre  la calle Igualdad y el Paseo Orinoco.  Para el reo llegar a los Tribunales bastaban unas pocas zancadas, sin peligro de fugarse a nado por el Orinoco.  Como que era más factible entonces fugarse de las Colonias Penales de El Dorado.
Entonces, entre los años que van de los cuarenta a los sesenta, el gremio de abogados carecía de sede propia, ni soñaba con una como la que se gasta ahora y encontraba en aquella casa con techumbre de tejas y puertas de bastidores, cercana a los tribunales de justicia, el lugar más apropiado para la interrelación profesional.
            El Café España, porque Gascón Mir era peninsular, empezó como una simple cafetería en donde el hombre madrugador podía, además de infusionarse, degustar un buen sándwich de jamón y queso importado. Luego, por exigencia de la misma clientela, se fue transformando en una botillería.
            Dicen que había jueces que interrumpían su trabajo para llegar hasta allí a tomarse un cafecito traducido en “dos guamazos”. Luego volvían reconfortados a decidir juicios, justos o ingratos según el derecho de cada quien. Pero, también, los había que ni pasaban cerca, magistrados severos como José Gabriel Machado y Francisco D’Enjoy.
            El hombre clave del negocio no era precisamente su dueño sino un joven de El Manteco llamado Don Hilario Díaz, quien regentó el Café hasta el día en que los urbanizadores resolvieron ir cambiando la ciudad vieja por otra supuestamente mejor adaptada al hombre de hoy. De suerte que en la calle Dalla Costa ni Los Tribunales ni el Café España, especie de segunda instancia, existen ya.  Los Tribunales tienen un moderno edificio propio en las afueras de la ciudad y el antiguo inmueble que se pensaba convertir en Comedor Social, tiene otro destino.
            El gran perdedor debido a la falta de continuidad administrativa, fue la ciudad que desde que desapareció el Comedor Popular Manuel Piar en los predios del Mirador, no ha podido reponerlo.

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