viernes, 22 de febrero de 2013

Proyecto de El Zanjón (X)

Después del Mirador, la Oficina Técnica del Casco Histórico de Ciudad Bolívar, le dio paso a la ejecución del El Proyecto de El Zanjón, zona natural de cinco hectáreas delicadísima y extremadamente bella.  Lo único que necesitaba entonces para  su revalorización era que se la pudiera percibir, cosa entonces  imposible por las invasiones de la cual era objeto.
            El proyecto acogido por la Gobernación para ser puesto en práctica, perseguía fundamentalmente limpiar la zona totalmente y dejar al descubierto las rocas y las especies vegetales auténticas y autóctonas.
Se contemplaba en el proyecto una plantación de nuevas especies vegetales, de senderos, de caminos, de escalinatas, pero todo ello siempre con la idea de no introducir ningún elemento fijo reversible por el mismo hecho de ser un Parque natural. El equipo lo denominó certeramente “Parque de Aventuras”, porque es eso, un parque para descubrir, un parque de esculturas naturales que son esas piedras multiformes de texturas muy particulares que afloran y se sumergen por envesados senderos y que a cada persona que pase por allí le debe inspirar una cosa distinta. El proyecto fue concebido de suerte que cada quien que pase por allí redescubra el Zanjón en la medida que lo recorra, de arriba abajo, de abajo a lo alto, de un lado a otro o de una roca a otra. Tiene infinitas posibilidades de redescubrirse ese Parque.
Algo muy importante que se planteaba la arquitecta María Luisa Cerrillo era el tema de la iluminación, uno de los aspectos del proyecto que tenía que resolver la Oficina Técnica porque se trataba de la iluminación de una inmensa y hermosa escultura, y, en función de cómo se hiciera, realmente el resultado podía ser espectacular.
Para  1987 el problema que tenía El Zanjón era el de 54 invasiones que nada tenía que ver con los inmuebles de la calle principal ni con los inmuebles consolidados, sino con las rancherías que invadían las zonas de las rocas, levantadas sobre las rocas en forma inverosímil, pues eso requeriría un proceso de expropiación que en muchos casos se llevó con éxito.
El Gobierno Regional comenzó irremediablemente la erradicación de los invasores, teniendo especial cuidado con la gente que tradicionalmente ha vivido en el Zanjón. La gente con arraigo en el Zanjón fueron reubicados en el casco histórico, lo más próximo a esa zona. También se ejecutó un proyecto de vivienda social colectiva en un solar frente a la Escalinata  propiedad de la Gobernación. La idea era que otra serie de casas declaradas de uso social específico, también fuesen utilizadas para proyectos de promoción de viviendas sociales. Lo importante era que gente que llevaba tradicionalmente en la zona una serie de años y que presentaba unos derechos adquiridos a nivel  personal con su medio, con su zona, no se le erradicara de allí ni se le mandara a vivir  a cientos de kilómetros.
Se analizaron 53 viviendas y se calificaron de uso social específico.  Estas fueron adquiridas por Mindur.
El Proyecto de El Zanjón, al final, fue ejecutado a medias, es decir, quedó inconcluso por que el Instituto de Cooperación Iberoamericano no estuvo de acuerdo con algunas políticas del Gobierno sugeridas por un grupo de arquitectos modernistas venido de Caracas, interesado en ensayar la arquitectura de alto contraste en el casco histórico como ocurrió con el Teatro adosado al antiguo Cuartel “El Capitolio” en la Plaza Miranda.

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