viernes, 22 de febrero de 2013

Restauración de la Escalinata (XV)




Dentro de los proyectos concebidos por la Oficina Técnica en función de la revitalización integral del Casco Histórico de Ciudad Bolívar destacaba la necesidad de restaurar la Escalinata de la Calle Carabobo que había sido desfigurada durante la gestión del gobernador ingeniero Luis  Raúl Vásquez Zamora. (1967-1968).
            Esta escalinata que  a comienzos del siglo veinte había sido construida con cemento importado de Hamburgo, presentaba varias grietas y el gobernador, ignorando el valor de esta reliquia, se la confió a un simple contratista quien le propuso rehacerla, pero éste tampoco sabía lo que hacía y el resultado fue tan pésimo que la Oficina Técnica no tuvo más remedio que disponer su restauración conforme al estilo original y así ocurrió para beneplácito de los citadinos que la conservan como uno de sus valiosos atractivos.
            Esa Escalinata de 50 escalones vino a salvar un vacío rocoso que impedía la continuidad de la Carabobo, antiguamente llamada  Calle San Cristóbal. La iniciativa fue del Presidente del Estado, General Francisco Linares Alcántara, pero éste, llamado por Juan Vicente Gómez para que asumiese el Ministerio de Relaciones Interiores, no pudo firmar la Resolución sino el primer vicepresidente, doctor Antonio María Delgado y el Secretario de Gobierno J. Cambell Acosta.
 El 3 de Febrero de 1909 se publicó  la Resolución por medio de la cual se designó a Antonio Valera Villalobos “para ejecutar los trabajos de reparación de la calles  Carabobo en la cuadra comprendida entre las calles Amor Patrio y Bolívar y construcción de una escalinata de concreto que dé acceso a la expresada calle, por la calle Bolívar”.
            Sin embargo, la ejecución de los trabajos de la Escalinata no fue fácil ni posible por lo accidentado del terreno y la indisponibilidad presupuestaria, sino en 1926. El 5 de Mayo se iniciaron los trabajos por decreto del entonces Presidente del Estado Silverio González y la dirección de los trabajos fue encomendada esta vez, al ingeniero Antonio Simonpietri, quien también construyó la sección del Malecón que iba desde el Mercado (Mirador) hasta el antiguo Puerto de Blohm.
            El sitio se llamó la Laja de los Vallés hasta 1881 debido a que la casa de azotea que estaba al pie de ella había sido durante largos años propiedad de la familia Vallés. En 1881 fue vendida a Eusebia  Sifontes y el nombre primitivo se sustituyó por el de Laja del Campanario debido a que en la zona estaba una campana del Colegio Federal traída de Guayana La Vieja y la cual se rompió a comienzos de siglo.  Esta campana del siglo dieciocho fue depositada en la Casa de San Isidro y de allí virtualmente desapareció en tiempo del Director de Cultura Benito Irady.
            La inauguración de la Escalinata del Campanario, por el propio Presidente del Estado, Silverio González, tuvo lugar el 19 de Diciembre de ese año 1926. En la ocasión el escritor Pedro Calderón en un artículo dedicado a don Jorge Suegart encontró esta obra con balaustrada de concreto armado, semejante a las que se construían en la antigua Roma y Grecia.
            La Escalinata totalmente restaurada ahora conserva su balaustrada y ahora se ilumina con faroles y tiene en la parte superior una zona de descanso que al mismo tiempo sirve de mirador dominante del paisaje orinoqueño.
            Los vecinos recuerdan que en tiempos de la dictadura perezjimenista un vehículo jeep se desbocó por allí sin más consecuencias que un gran susto del vecindario y en 1995 la escalinata fue intervenida por el llamado Arte Efímero con motivo de la V Bienal de Guayana patrocinada por el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, bajo la curaduría de Ruth Auerbach.


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